METAFÍSICA DE LA REALIDAD
La pintura de Manuel Santiago Morato, (Los Santos de Maimona, Badajoz 1934) parece estar más cerca de una evocación que de una realidad en sí. Se diría que es el contenido de la memoria ¿Se podría hablar de un realismo metafísico?. Sus personajes, payasos, figuras enmascaradas, seres caricaturescos, pertenecen a un mundo de fantasía, de humor y de diversión, que se mezclan con seres más reales, el abuelo militar, madre y niño, picador, ancianos. Seres que parecen sumergidos en un tiempo real, pero que no es así.
Fantasía y realidad, teatro y cotidianidad, se combinan en escenografías colorísticas en que las figuras están repartidas sin orden por toda la superficie del cuadro. Apenas hay espacio para respirar, todo es color y los puntos de atención se multiplican. En cierta manera domina la idea del puzle.
Los títulos de estos cuadros sugieren acontecimientos cercanos que no corresponden con la inventiva temática del artista. Esa confusión provoca en el espectador un mayor énfasis en la búsqueda de referencias y de algún punto de apoyo en composiciones un tanto dispersas y complicadas.
En la representación de las escenas no hay perspectivas, parecen estar todas las figuras en un mismo plano, luciendo sus vestuarios y sombreros orientales y occidentales, algo que, por otra parte, sirve para definir la categoría y condición de cada personaje. Técnicamente sus cuadros están bien resueltos, con un colorido vivo, aplicado mediante empastes y texturas, que puede resultar atractivo al espectador. Tenemos a un nuevo Bosco en ese abigarramiento de figuras y en esa especie de alago a la fantasía, también a un nuevo Ensor. No es necesario rechazar posibles influencias. Las obras al oleo de pequeño formato de Manuel Santiago Morato, son una continuación contemporánea de inquietudes, de vivencias actuales, y que él expresa perfectamente en su lenguaje expresionista.
Maria Dolores Arroyo
El Punto de las Artes, mayo 1997