CONSTANTE GERMANIZANTE

Santiago Morato, aunque a veces nos sorprenda con composiciones de vena expresionista, lo que verdaderamente parece ser es un pintor dotado de una gracia intimista que hoy es infrecuente.

Gracia intimista que, por su propia naturaleza, se encalma en una atmósfera de vaga poesía.

Pertenece -como Arnás, como Brickmann– a "esa vertiente de nuestra pintura moderna que parece reencontrar el componente germánico que yace en el fondo del arte español, y que da lugar a fantasías figurativas tan claras en el dibujo y complejas en la composición, servida en paletas de muy diversa calentura. Manuel Santigo Morato (Badajoz, 1934), al menos en esta ocasión, casi miniaturiza sus asuntos, convirtiendo así en motivos casi risueños esos extraños temas que, deampliarse podrían hasta desosegar.

Y como ocurre siempre en la constante germanizante que advertimos, la materia es rica, intrínsecamente sensual, trabajada con sus menores detalles, como conformados son al detalle los burlones personajillos que buyen por doquier, situados, a su vez, entre cosas de injustificada presencia, de donde el clima surreal a que dan lugar.

A.M. Campoy
Diario ABC, mayo 1971

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