A MANUEL SANTIAGO MORATO
Manuel ha muerto.
Y repiten los grillos, Manuel ha muerto,
Manuel ha muerto, Manuel ha muerto.
Y enmudece el silencio.
Y en aquel recodo del camino,
donde algo se quebró y no está resuelto,
enmudece también la lira del poeta.
Y te abrazo y te digo desde el fondo del alma,
ya eres libre por fin de ataduras y sueños,
de corceles sin alas, de promesas, del tiempo.
Las criaturas gigantes de tus cuadros pequeños,
gritarán en paredes de ciudades y pueblos,
se ha muerto Manuel, se ha muerto el maestro.
Félix Malfeito Gaviro
10 de abril de 2015